La carga del Hombre Blanco
“La carga
del hombre blanco”es un libro del economista William Easterly publicado en 2005 como “The White man’s burden”, y en 2015 se publica la traducción al español. Para titular este libro el autor ha escogido un
famoso poema de Kipling que se refiere a la colonización
norteamericana de Filipinas tras la Guerra Hispano-Norteamericana de 1898.
William Easterly |
William Easterly es catedrático de Economía en la Universidad de Nueva York, donde codirige el prestigioso Instituto de Investigaciones sobre Desarrollo.
Easterly
escribe este libro como respuesta al Banco Mundial, del que había sido
recientemente despedido debido a su rechazo hacia como esta institución
planteaba la ayuda al desarrollo.En esta institución trabajo durante 6 años, donde acumuló experiencia sobre el terreno en la mayoría de las áreas en desarrollo, sobre todo en África, América Latina y Rusia. Aunque principalmente esta obra se trata de una crítica,
más allá de ello el autor también
plantea algunas soluciones para la ineficacia de esta ayuda, a partir de sus
propias investigaciones y teorías.
A
partir de toda la obra se pretende explicar cómo aun con una inversión de 2.3
billones de dólares por parte de Occidente, aun millones de personas continúan afectadas por la pobreza
extrema, con millones de muertes infantiles por enfermedades que son fácilmente
evitables.
Para ello comienza con una clara diferenciación entre
“planificadores”, a los que considera el principal culpable del fracaso de la
ayuda internacional por como plantean la ayuda “desde arriba”, y los
“buscadores”. Posteriormente analiza todos los errores de la inversión dedicada
a la ayuda al desarrollo, estrategias que transmiten recursos a través de una
maraña de organismos y asesores, diplomáticos y de vez en cuando, invasiones
militares en nombre de la libertad. También se dedica a plantear ciertos
obstáculos que fomentan que estos países pobres lo son, basándose en hechos históricos.
Como
concepto final para completar este libro, Easterly vuelve a insistir en el reemplazamiento
de planificadores por buscadores, en buscar incentivos para que las
organizaciones se sientan motivadas en buscar que no está funcionando, en la
existencia de una retroalimentación desde abajo. En definitiva, la necesidad de
un futuro con cambios, que den lugar a una mejora de esta segunda tragedia
provocada por lo planificadores.
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